Kiki Smith, de la víscera al tapiz

Presenta retrospectiva en el Arp Museum Bahnhof Rolandseck

Remagen,

Kiki Smith nació en 1954 en la ciudad alemana de Nuremberg, pero en el seno de una familia americana: es hija del escultor minimalista Tony Smith y fue en Estados Unidos donde se formó (brevemente, en la Hartford Art School de Connecticut) y donde trabaja, instalada en Nueva York desde 1976. A finales de aquella década de los setenta se unió al colectivo Collaborative Projects, que buscaba hacer accesible el arte a públicos inhabituales a través de exposiciones que desarrollaban fuera de las paredes de los espacios convencionales; en ese contexto llevó a cabo sus primeros trabajos, que fueron monotipos de objetos cotidianos.

Se define Smith a sí misma como una hacedora de cosas y muy pronto, coincidiendo con la muerte de su padre en 1980, comenzó a centrar su atención en la mortalidad y la decadencia de la vida, trasladándola al tratamiento del cuerpo humano: de 1983 data Hand in Jar, una mano de látex cubierta de algas y sumergida en un tarro de cristal lleno de agua que, por su realismo casi clínico, remitía a un laboratorio de patologías o a un estudio de disección. Deseosa, en aquel momento, de obtener conocimientos prácticos sobre este asunto, se convirtió en técnico de emergencias médicas y aquella experiencia tendría un impacto hondo y rápido en su producción: se aprecia en Possession Is Nine-Tenths of the Law (1985), serie de serigrafías y monotipos de vistas inexpresivas de varios órganos internos.

Kiki Smith. Woman with Wolf, 2003
Kiki Smith. Woman with Wolf, 2003

Esas inquietudes respecto al cuerpo humano adquirirían también tempranamente, en el caso de Smith, un cariz feminista: comenzó a abordar la fisicidad femenina como campo de batalla de ideologías sociales y políticas en esculturas inspiradas en órganos, como Glass Stomach (1985), Untitled (Heart) (1986) y Second Choice (1987), y también dedicó piezas a los fluidos corporales, conmovida por las consecuencias de la crisis del sida. Game Time (1986) consta de doce frascos de vidrio llenos de sangre apilados en un estante en el que leemos “Hay aprox. 12 pintas de sangre en el cuerpo humano”, y en otro proyecto sin título del mismo año reunió doce jarras de cristal vacías con los nombres de otras tantas secreciones diferentes (pus, vómito, saliva, orina, semen, etc) grabados en escritura gótica.

Cuando, en aquel mismo tiempo, el aborto comenzó a ser objeto de intensos debates, Smith inició una serie de trabajos dedicados a la reproducción y el nacimiento, o a la doble capacidad del semen de transmitir vida y enfermedades, mientras que en los noventa comenzó a utilizar figuras humanas de tamaño natural, cuerpos a veces violados o heridos, masculinos y femeninos, que evocan ciertas obras de arte, religiosas y no, desde el Retablo de Isenheim de Hans Grünewald (1512-1514) hasta las primeras pinturas de Jasper Johns con miembros fundidos; también la educación católica de esta autora.

Sin embargo, sus piezas más inquietantes se centran en los lazos entre feminidad y abyección (Pee Body, Train, Tail) o en el reino animal, sobre todo en aves cuya ferocidad y vulnerabilidad remiten a la propia condición humana. Jersey Crows (1995) comprende más de una docena de cuervos muertos moldeados en bronce y homenajea a las víctimas de un envenenamiento por pesticidas, mientras que Rapture (2002) retrata un desnudo femenino, quizá el suyo propio, siendo mutilado por un león. También han ganado paso en sus imágenes las inquietudes medioambientales: la armonía entre humanos y animales como parte de un todo cósmico.

Kiki Smith. Cathedral layout, 2012. Cortesía de Pace Gallery
Kiki Smith. Cathedral layout, 2012. Cortesía de Pace Gallery

Desde el próximo 21 de abril, el Arp Museum Bahnhof Rolandseck de Remagen, en Alemania, le brinda la retrospectiva “Woven Worlds”, que ha sido diseñada en estrecha colaboración con la artista y que reunirá 54 trabajos, constituyendo el eje del recorrido sus impresionantes tapices jacquard de gran formato, que en algún caso destacan por el entrelazamiento de hilos plateados y que conjugan rasgos contemporáneos y cierta dimensión atemporal; el carácter poético de sus representaciones sugiere cuentos de hadas. Saldrán a nuestro encuentro, igualmente, esculturas, dibujos, grabados, fotos y collages.

Kiki Smith, Eagle in the Pines, 2016
Kiki Smith. Eagle in the Pines, 2016. Cortesía de Pace Gallery
Kiki Smith. Guide, 2012. Cortesía de Pace Gallery
Kiki Smith. Guide, 2012. Cortesía de Pace Gallery

 

 

Kiki Smith. “Woven Worlds”

ARP MUSEUM BAHNHOF ROLANDSECK

Hans-Arp-Allee 1

Remagen, Alemania

Del 21 de abril al 24 de octubre de 2024

 

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