En 2022 se cumplió medio siglo desde que la capital navarra acogió, entre junio y julio de 1972, los Encuentros de Pamplona, un festival artístico de vanguardia cuyo desarrollo aparejó muchas sorpresas y tuvo repercusiones internacionales. Expandiendo sus actividades a distintos escenarios de la ciudad y abarcando diversas formas de expresión, interrelación y juego, esta cita revisó las prácticas experimentales llevadas a cabo en nuestro país en los sesenta, en una fecha en que muchas de ellas comenzaban a entrar en declive, y permitió contemplar trabajos realizados en diferentes medios (pintura, escultura, poesía, cine o música) que incidían en las contradicciones existentes entonces entre el arte de vanguardia “oficial” y los caminos conceptuales que iban más allá del pop art, la abstracción o el realismo social.
Financiados por el grupo Huarte y organizados por el colectivo Alea, formado por el compositor Luis de Pablo y el artista José Luis Alexanco, los Encuentros serían comparados por su magnitud con la Documenta V y cobijaron propuestas de Zaj, Valcárcel Medina, Nacho Criado, Navarro Baldeweg, Francesc Torres o Antoni Muntadas, junto a obras enmarcadas en el cine experimental o de vanguardia, manifestaciones de arte cibernético, poemas de autores españoles o extranjeros, música experimental y vídeos, como los que formaron parte del ciclo This is your roof, realizado por Willoughby Sharp, el mencionado Muntadas y Dennis Oppenheim.
Fueron en total 350 los creadores participantes bajo la coordinación de Ignacio Gómez de Liaño, un centenar de ellos españoles, y entre sus trabajos más celebrados destacaron las cúpulas neumáticas del arquitecto Prada Poole, espacio simbólico de reunión y acción artística; los teléfonos aleatorios de Lugán, metáfora de la comunicación y la incomunicación; o presentaciones de música concreta y electroacústica, porque se promovió la convivencia de los sentidos y la mezcla de la tradición y la vanguardia.
En suma, aquella cita se convirtió en un punto de inflexión en el devenir artístico en España en los últimos años del franquismo y también supuso, como muchos han señalado, un simbólico fin del dominio de la pintura informalista y de la abstracción, asumidas entonces por la política cultural oficial.
Dos años después de que Pamplona reeditara los Encuentros para celebrar ese cincuentenario y para emprender una búsqueda de referentes culturales válidos para nuestra época, este proyecto regresará el próximo otoño (del 3 al 13 de octubre y comisariado, de nuevo, por el ensayista y poeta Ramón Andrés, con la subdirección de la periodista e investigadora Berta Ares). El objetivo de la organización es consolidar su celebración bienal, ofreciendo una mirada abierta a la creación hoy de la que tome parte la ciudadanía: se articularán, como en 2022, propuestas para todos los públicos, gratuitas en su mayoría.
Promovidos por el Gobierno navarro y la Fundación Baluarte, con el apoyo de la Fundación “la Caixa”, los Encuentros convocarán a artistas, escritores y pensadores internacionales en actividades vertebradas en torno a nueve itinerarios: Siglo XXI: Filosofía para ubicarse, En el principio fueron las manos, Literatura sin vuelta de hoja, Los árboles que nos quedan, Todos venimos de muy lejos, El espejo feminista, Arte entre lo real y lo intuido, Música en todas direcciones y Cine adentro.
La sede principal de sus intervenciones será Baluarte, el Palacio de Congresos y Auditorio de Pamplona, pero otros espacios públicos de la capital navarra albergarán igualmente actividades culturales buscando que todos los ciudadanos puedan sumarse a ellas; hace dos años, fueron 12.000 las personas que se involucraron en unas u otras iniciativas de los Encuentros, pensadas, en palabras de Andrés, para orientarnos en la contemporaneidad, siempre a partir de la reflexión y asidos a la incontestable fuerza de las artes, a su poder para sumergirnos en el sentido más radical de sus preguntas.
Si en 2022 puso imagen a esta cita Frederic Amat, esta vez la autora de su cartel es Eva Lootz, que ha planteado en él tres círculos grandes como símbolo de arte, ciencia y pensamiento y uno más pequeño que ella vincula a un duende que salta de uno a otro de los demás logrando que se fertilicen entre sí.
Se trabaja todavía en la configuración de la programación, pero conocemos ya a algunos asistentes: la artista Joan Jonas, los pensadores Gerald Raunig y Boris Groys, los escritores Pascal Quignard y Herta Müller, los cineastas Béla Tarr y Apichatpong Weerasethakul, los músicos Liza Lim y Georg Friedrich Haas, la comisaria Mónica Bello, el creador de New Media Daito Manabe, la teórica del feminismo Sarah Ahmed, el científico Stefano Mancuso o la activista por el decrecimiento económico Hélène Tordjman.
